sábado, 28 de julio de 2012

Salmos 30


"Te glorificaré, Jehová, porque me has exaltado y no has permitido que mis enemigos se alegren de mí. Jehová, Dios mío, a ti clamé y me sanaste. Jehová, hiciste subir mi alma del seol. Me diste vida, para que no descendiera a la sepultura.

¡Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad !, porque por un momento será su ira, pero su favor durará toda la vida. Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría.


En mi prosperidad dije yo: " No seré jamás conmovido", porque tu, Jehová, con tu favor me afirmaste como a monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado.
A ti, Jehová, clamaré; al Señor suplicaré. ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo?¿Anunciará tu verdad? Oye, Jehová, y ten misericordia de mí; Jehová, ¡sé tu mi ayudador!
Has cambiado mi lamento en baile; me quitaste la ropa áspera y me vestiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, ¡te alabaré para siempre!"